lunes, 11 de febrero de 2008

Mis súplicas ya no retumban en el vacío

Ni me enloquecen con su eco cuando no las escuchas.

Ya me deshice del cajón de promesas vanas que me regalaste,

Ya todos los trastes quebradizos de tu vuelo por mi vida se han deshecho.

Ya las palabras inventadas por tu crisis existencial se han esfumado.

Ya no recuerdo más que tu nombre…

que sin dolor y con pena puedo ver en mi pasado;

Oh! ave que sin dejar huella alguna que valiera la pena ocupas un espacio de antaño en mi diario!

Ya tu voz no me provoca ansias,

No añoro tu compañía, ni me incitan tus palabras

Oh! Niño con avisos de arrugas, en tus juegos de papel apostaste todo y no ganaste nada!

Oh! duendecillo cruel, que por temor a perder perdiste la oportunidad de ganar con lo que más se gana!

Ya no se diluyen las caricias en mi piel;

Ya los sueños no se pierden en mis sábanas.

Ya descansa libremente mi cabeza,

Ya no me abruma la tristeza,

Ni temo ahogarme con mis lágrimas.

Tu andar hizo camino al emir que sembró de rosas un jardín donde no había nada,

Secó mis lágrimas y calmó mi sed,

Y con un beso me hizo ver que soy capaz de sonreír sin ti.

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