domingo, 28 de febrero de 2010


Cuando miro el pesar de tu alma, tus ojos drenan petróleo

Tu rostro se queda sombrío mientras te alejas en los volcanes de la rutina, enfurecido porque sientes que alguien (sin derecho) ha condenando a tu pecho a vivir insaciado de amores

Eructan falacias tus labios. Te embriagan de ilusiones prestadas. Sobrevives pensando que vives en los brazos de ella –Iluso…

Es mentira que la conciencia se hace Judas en tus dedos, es mentira que alguien condena tus piernas por enredarse en las suyas –Solo tu...

Se clavan doce dudas en tus pupilas, y en el regazo de tu desván sigues ensayando entre trasnoches el reparo de tus siete mil bisagras oxidadas.

martes, 23 de febrero de 2010

Te extraño


Esta hora sin ti se siente como la vigésima octava hora del dia, y hoy no es 14 ni 21 ni 2, pero celebro los minutos que si te tuve y los abrazos que si me distes.
El ritual de tu saludo se torna en gema en la distancia; y tus besos, y el calor de tu mano en la mia se torna en tesoro de mis sueños piratas y mis recuerdos corsarios.


Hasta las entrañas me duele tu ausencia, hasta mis poros exclaman tu nombre.
Ven a mi, amor mío, para no tener que vivir ya de los fantasmas de cuando te tuve; quiero verte en carne y hueso, y adorarte hasta que se arruguen mis ilusiones contigo.

domingo, 14 de febrero de 2010

Aún me quedo mirando fijo a través de la ventana, como si fueses a llegar.

Translucida, vacía, amorfa, casi catatónica al mirar el mismo panorama; con tu silueta entre el vaho de la ventana y mi aliento.
Aún te sigo esperando, como si llegaras a salvarme de este sueño… pero sé que no vas a llegar. Al menos no por ahora.
Ayer noté un velo en tus ojos. Tal vez la realidad me pellizcó el cachete. Creo que me quitó la máscara y me colocó bifocales. Le comento a mis entrañas las reflexiones de mi ingenuidad y trato de no lacerarme a causa de mi testarudez.
Siempre he sido yo la ilusa, la que sueña, la que anda con el corazón a retorteros coleccionando sueños y musas, que eventualmente… se burlan de mí y se esfuman. Pero sí, no cambio… sigo siendo yo. Auténtica en imperfecciones, confeccionada a base de trazos truncados y colores terciarios, recolectora de migajas.
Las reflexiones terminan siendo infértiles, porque sigo siendo la misma tonta de siempre, la misma insatisfecha de siempre... incorregiblemente yo.