Salmo

¿Dónde te he dejado?

¿Cuándo partí de tu lado y decidir caminar sola?

Es imposible escapar de tu presencia,

Puede mi corazón ver tu hermosura en los recónditos vértices del planeta,

Y se escucho tus susurros en cada rincón de mi ser.

Tus ojos siguen resplandeciendo en cada astro… brillando para sanar mis heridas,

Para revelarme los secretos de mí que sólo Tú conoces.

No quiero dejar nunca de caminar contigo,

No quiero nunca dejar de sentir tu mano,

Necesito que sigas marcando el camino, no vaya a ser que tropiece y caiga.

Quiero que mi voz exalte tu magnificencia,

Eres todopoderoso y humilde,

Creador de todo lo que existe y guardián de mi vida

No me dejes andar sola,

No apartes tu oído de mis plegarias o mis alabanzas

Quiero que sigas siendo Señor de mi vida,

Dios eterno y amoroso

El refugio del hombre dichoso,

Dios, Jesus, Salvador.

Incompleta

Lo que siento no te lo imaginas.

Un vacío inexplicable que se niega a ir sin tu presencia.

Tu ausencia me tortura… y lo único que parece aliviarme es tenerte.

No sé si en algún momento entiendas que estoy incompleta sin ti, literalmente.

Mi sonrisa, mis pasos, mis momentos de asombro, de miedo o de paz…

Nada está completo si faltas tú,

Y mucho menos yo.

Desvelo

La fe se va perdiendo,

Y caricias que nacen se van desperdiciando.

Aún ayer deseaba tus manos en mi rostro, y añoraba tus ojos clavados en mis ojos; sin palabras, y hablarnos como otras veces.

Aún ayer tenía tantas ganas de tenerte cerca, y de sentir tu olor mientras dormía, ¡era absurdo!

Tan absurdo como mis letras, tergiversadas y confusas en estos siglos;

Mi mirada se torna más abstracta.

Algún día entenderé cómo se desenredan los sueños,

Y como se transforman y renuevan los sentimientos.

Hoy… todo carece de sentido;

Sólo tengo el recuerdo de tu nombre haciendo eco en mi cabeza,

Y me mantiene despierta pensando aún en tus manos, en tus ojos, en tu espalda y en tu piel.

Que ridículo empeño de amar sin importar lo que cueste,

De desbordar lo que el corazón contiene

Y de jugar con las ninfas de mi póstumo castigo.

Pero a veces creo que eso es la vida: sueño, camino, sonrisas

Tal vez mañana se acabe

Hoy, todo carece de sentido;

Solo tengo el recuerdo de tu nombre haciendo huecos en mi cabeza

Y recurro al desvelo para estar contigo.

Me duele

No es lo que pienso,

Es lo que siento lo que me duele.

No es lo que creo o lo que espero,

Es el vacio que me duele.

No es la esperanza lo que me mantiene viva,

Son tus palabras, tus caricias.

No es el soporte de las palabras que sembraste ayer las que me sostienen,

Son los soles del día a día de tus besos los que me entibian los labios,

Son los abrazos del ahora los que me sostienen la frente.

Y realmente no hay consuelo para no tenerte

No hay pañuelo que enjugue mis lágrimas

No hay cobija que me entibie

Son solo tus besos, tus palabras, tu necesidad de mí y el afecto que se antepone a la distancia lo que realmente me hace sentir segura… es solo tu regazo.

No es lo que pienso, lo que me martiriza o me desconcierta,

Es la realidad la que me tortura.

Estos días que se prolongan, y esta fragilidad de "ser" de la que no puedo escapar,

Es esta jaula, esta prisión,

Este collage de nostalgia ineludible, donde el desarraigo protagoniza la angustia,

Esta tortura de extrañarte hasta los huesos;

Mi debilidad al hacerme toda tuya

La que me preña de lagrimas con demasiada frecuencia

y simplemente… sufro.

Es esta realidad, la que he elegido (o me ha elegido) la que me duele.

Me desgasto…

Mientras tu ausencia desgarra mi piel hasta borrar las facciones de mi estío

Conservo un álito de fe de volver sentir tu pecho en el mío

Mientras la distancia desfigura el aura de mis labios

Cosecho la esperanza de mil veranos a tu lado.