A pesar de que el día a día nos agobie con tareas, asignaciones, fracasos y muuuuuucho stress, siempre está la oportunidad de escuchar tu voz y hacer que todo se tranquilice por un momento y recargar fuerzas para retomar la batalla.
Doy tantas gracias a Dios por darme la oportunidad de no perderte y de estar a tu lado, que no me siento merecedora de ti. Cada vez que recuerdo que estuve a punto de perderte, no puedo evitar sentirme tan bendecida de tenerte hoy a mi lado y de tener una inmensa Fe de que así será por el resto de mi vida.
Cada instante de este año junto a ti ha sido fabuloso. No lo cambiaría por nada. El tiempo que te tuve lejos, me hizo apreciar cada segundo a tu lado y reafirmó mi compromiso de amarte solo a tí. No existe el tiempo, ni la distancia, ni tormenta ni circunstancia que derrumbe lo que hemos construido juntos con amor, confianza, sinceridad, pasión, fe, ternura. Hace un año tomé la mejor desición de mi vida: amarte con todas mis fuerzas, con todo lo que soy; aceptarte como eres y apoyarme en tus fortalezas para que juntos superemos nuestras debilidades.
Gracias por amarme de igual manera, por soportar mis cambios de humor, mis días de ovulación tan temperamentales, mi sentimentalismo absurdo, mis debilidades, mi pasado, mis frustraciones y mis ansias inagotables de tenerte cerca. Cada detalle de tí me hace amarte cada día mas, y me hace sentir la mujer más dichosa y más feliz del mundo.
Te amo.
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