Te veo ahí,
Inerte,
Volátil;
Enamorándote de la vida de la que careces
Levitando por amores que inventas para no despellejarte sola.
Te siento ahí,
Lejana,
Como el ave que abre sus alas para no precipitarse al suelo y caer.
Te quedas ahí…
Como ausente
Intentando permanecer serena en este turbio maremoto de sorpresas,
Donde el depredador disfrazado de presa,
Aquí no hay debilidad no hay fortaleza
Los avaros despedazan los soles que hacen sombra en su camino.
Te escucho ahí,
Enmudecida,
Como semifusas pirograbadas en un decagrama de lamentos escondidos.
Vas caminando,
Paso a paso,
En un compás que van marcando tus sollozos…
Y en tus labios, más que dichosos
Se recoge la caricia que devela el llanto.
Te quedas ahí…
Inmóvil,
Con una terquedad inimitable,
Con un catéter en las venas,
Con una estela de guerras peleadas,
Con un sabor amargo de luchas no vencidas,
Te develas así,
Sepia,
Con una amalgama de nostalgia e impulso de conquista,
Tomas tu espada,
Tomas tu lengua,
Tomas tus sueños no compartidos,
Tus segundas oportunidades no aprovechadas,
Tus noches de desvelo por el sueño ajeno
Y continúas tu paso,
Sin ni siquiera estar ahí.
15 de febrero, 2007
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