Se va despellejando mi piel esperando por ti,
por ese amor que a veces creo que añoro,
pero que desconozco.
Mis tertulias indecentes van escalando la sombra de mi desespero
y se van quedando solas...
navegando aburridas con su eco.
El tiempo pasa torturando las últimas gotas de rocío que hidrataban mi garganta
casi desgastada de gritar un nombre al vacío.
El nombre de un hombre que no existe,
pero que mi subconsciente recrea constantemente
y mi cuello se decepciona cuando no lo encuentra.
Ya el parpadeo de mis labios, constantemente desperdicia muestra de afecciones que esperan
reprocidad... pero reciben estío a cambio.
Y sigue este vacío perturbando mi existencia,
debilitando la poca esperanza de compania que me dejó su recuerdo.
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