Hoy que estoy en comunión con mi alma, el silencio grita tu nombre y cae sobre mí un aguacero de bendiciones.
Hoy vuelvo a entender la paz que me da tu compañía, y es que tengo a mi lado mi complemento perfecto: mis silencios tan escasos, mis palabras justas, mi horizonte prolongado… el amor que durante mil vidas se busca.
Me he vuelto soñadora y vaga, solo quiero respirar para estar contigo. Te me has vuelto confidente, amante y espada; ya nada es imposible cuando estás presente. Quiero compartir tantas cosas contigo. Mi imaginación se pierde en tus ojos. Voy navegando al futuro y me impaciento del hoy… ese hoy que es tan cruel, que nos condena al mañana y me condena a muchos días sin ti. Lo peor es que no he descifrado el enigma de tu ausencia, tan indefectible como nuestros huesos. Pero he decidido hoy, concentrarme en multiplicar mis caricias y revestirte de besos.
Qué feliz me siento de poder celebrar otro instante a tu lado. Es la semilla ideal para toda una vida contigo.
Te amo.
21-03-2009